13 de febrero de 2015

Eres un maldito mentiroso que sólo le importa él mismo.


Querida.

He estado pensando en nosotros. No podría resumirnos. ¿Ha sido perfecto? Casi, pero no totalmente. Cualquier historia que nos incluya siempre será un  hermoso desastre. Pero esto es lo que sé con seguridad: nuestros tiempos perfectos han sido jodidamente bellos. Las pesadillas, las crudas, los enojos, las sonrisas, los llantos, los abrazos, los hoteles, las comidas, los juegos, los cines, las bicicletas, los dulces, las cervezas, los conciertos, los groupones, periqueras, los te amos, los corazones y las T´s. Quelzo. La hermosa locura de la ciudad ha sido nuestra, durante meses me he despertado, he dicho que lo siento, lo sobrellevamos y lo estropeo de nuevo.

Como adolescente inmaduro quisiera crearnos un final feliz, el chico consigue a la chica, ella lo salva de sí mismo, y luego se sientan juntos por siempre a mirar el atardecer todos los días. Como hombre que ama a una chica, me doy cuenta que no hay tal cosa. No hay puesta de sol, Solo hay un “ahora”. Y solo un “nosotros”, que pudiese ser jodidamente tormentoso. Pero si cierras los ojos y escuchas un poco a tu corazón; si lo sigues intentando y no te rindes nunca, no importará cuántas veces nos equivoquemos, desde el inicio y hasta el final nos encontraremos con un “volvernos a conocer”. Y eso es todo. Yo no sabía cómo terminar, porque no ha terminado. Nunca terminará. Tan infinito como tú lo desees. Y hay un yo, un nosotros. Y siempre habrá esperanza y dicha.