Desperté sin querer despertar como todos los días, lo
único que había era tu ausencia en el otro extremo de mi cama. Llegan los
recuerdos de aquellas mañanas juntos y buscan salir por mis ojos. Es extraño, ya
que podría asegurar que por la madrugada todo tu recuerdo se había escapado en
forma de lágrimas. Pero ahí estabas, tan cerca de mi cuerpo, apareciendo en mi
mañana.