Retrovisor

Me reflejo en el retrovisor, veo mi vida correr en mi propia mirada, volteo por la ventana y veo la de los demás, algunos demás.

Pienso en la inmundicia de vida que llevan algunos, en particular un mexicano promedio y noto la gran disparidad con la mía, en especial cuando me encuentro en soledad, vaya que todo mejora a mi alrededor cuando me hayo solo y aún mejor en una “tarde-noche” fresca en un lugar como Plaza L. Cabrera en la Roma.

Veo por mí, en lo bueno que es para mí y nada más. Sí, porque eso es lo que más importa en la vida: Uno mismo.

A nadie le interesa tu vida tanto como a ti mismo, ni a tu novia, ni a tu mejor amigo, ni a tus padres, lo que les importa a ellos es tu futuro, no tu; saber que terminaras con una familia, con un buen trabajo y con un gran televisor es todo lo que les preocupa, logrando todo eso ya habrán cumplido con su parte.

Existen ocasiones en la vida (casi toda) en los cuales uno mismo debe ser la prioridad número uno y pensar que los demás valen madre. Todos ellos tienen cuestiones muy aparte de las tuyas además de que no siempre estarán ahí para ti. ¿Suena egoísta? Probablemente.

A pesar de todo eso, impensadamente aguardamos la llegada de él o en mi caso de ella, ella que tanto me hace falta pero que tanto niego y renunció a la oportunidad. Ella que puede ocuparme de muchas de aquellas noches solitarias o un lugar en mi mente, ella que tal vez pueda arrojar ese pasado a la mierda.

Pero ¿Cuándo? ¿Cómo saber quién? ¿Cuándo cerciorarse de tomar esa iniciativa? Tal vez pronto, tal vez no ocurra, quizá el destino o ¡qué va! Mejor permanecer en mi mejor faceta: el egoísmo y persistir en esa que alguna vez llamaron “mi burbuja”.

Para fany ;)