27 de noviembre de 2011

Beginners (Así se siente el amor)

Me resulta imposible no tomarle buen gusto a una película donde aparezca la bellísima Melanie Laurent, de todas sus películas que he visto, todas me han gustado. Ningún filme que cuente con su actuación, puede pasar inadvertido, y más cuando se trata de una genialidad como lo es Beginners, cinta estadounidense del 2010 que apenas vi la semana pasada.

Conmovedora, nostálgica y a la vez alegre, una mezcla que se va presentando de manera inverosímil, una relación de amor, una relación gay, una relación paternal y una relación con el mejor amigo del hombre envuelven la vida de Oliver, un muchacho solitario, quién logra provocar en el espectador que la historia se convierta en un retrato de nosotros mismos. Jugando con los tiempos entre el pasado y el futuro, Begginers es una bella metáfora sobre el amor y cómo seguir adelante después de querer amar y no poder, o saber hacerlo.

Las relaciones paternales en las películas me han conmovido en demasía en los últimos meses, quizá eso también contribuyó a que la terminara amando.

Es inevitable no salir del cine con la mirada hacia el suelo pensando en que hemos hecho mal o que nos depara en el futuro, si algún día encontraremos a esa persona idónea para nosotros que nos espera disfrazada en una fiesta.

Vayan a la Cineteca antes de que salga de cartelera, o véanla en Cuevana o donde sea; pero véanla, no habrá decepción alguna.

20 de noviembre de 2011

Una noche más lejos de ti.

Me quedé sin ti, pero más que sin ti, con nada, con un vacío de besos, con palabras que no se dijeron, con risas que no compartimos, con lugares que no vivimos, con sueños que no cumplimos.

Me quedé sin ti, en medio de la noche, en medio de canciones, de letras, de recuerdos, de fotografías que hoy me resultan lejanas.

Me quedé con un vaso roto clavado en la mano, haciendo sangrar mis labios, haciendo llorar mis ojos, rascando los recuerdos de mis mejores momentos contigo, apretandolos con toda mis fuerza para no dejarlos ir.

Me quedé fraccionado, deshecho, incompleto, me quedé sin ti, que eras mi mitad y a la vez me quedé con nada.

19 de noviembre de 2011

Eres un juguete

El sueño terminó; y por fin ya comprendí quien soy y lo que hago aquí...

¡Eres un juguete, no puedes volar!

2 de noviembre de 2011

Nos he perdido

Tal vez cambié yo, tal vez sólo cambió la forma en que me miras. Tal vez siempre fui el mismo, sólo que antes me veías distinto.

Todo era silencio y viento, veíamos a lo lejos las luces del puerto y de algunos faros, pero aún más hermosas las estrellas y la luna que compartían con nosotros aquella noche.

Era un silencio cómodo, a veces interrumpido por un pequeño suspiro, o un beso frío, el olor a mar y a noche rodaba por nuestros rostros y agitaban tu cabello. Cruzábamos miradas y me acariciabas la oreja mientras mi cabeza descansaba sobre tus piernas.

Era un silencio placentero, escuchar la noche, el viento, las olas, las palabras que no decías pero que tus ojos expresaban.

Vámonos, me dijiste. Suspiré por última vez, te besé y me puse de pie, te tomé de la mano, como en nuestros mejores tiempos, y nos fuimos caminando a la habitación, como si no hubieran pasado ya meses, como si nada hubiera pasado.

¿Cómo fue que llegamos a ese punto?

¿Cómo fue que las caricias se convirtieron en olvido, los cariños en berrinches, los besos en indiferencia?

¿Cambié yo, cambiaste tú?

¿O simplemente cambió la forma en que me veías?

Culpamos y juzgamos a las personas ignorando que tal vez nosotros mismos fuimos los que cambiamos la forma de ver las cosas.

Lo que un día amaste tal vez fue sólo una expresión efímera de mí, tal vez fue lo mismo que he hecho siempre, pero que en ese momento, te pareció diferente, mejor.

Quise cambiar por ti y terminé perdiéndome a mí, a ti y a nosotros mismos.




Hasta esta tarde de hoy en que nuestra soledad nos llevo por separado y coincidimos en aquella banca, en aquel parque donde solíamos estar juntos.

No hubo palabras ante el reencuentro, los dos sabíamos de alguna forma, que queríamos estar juntos, que merecíamos comenzar de nuevo y darnos la oportunidad de ser otra vez felices.

Solo que esta tarde estas dormida y yo soñando.



Infinitamente tuyo, Javier.