14 de enero de 2012

Viernes 13

Tenía miedo, miedo a encontrarte, a encontrarnos frente a frente y saber cuál sería tu reacción luego de varias semanas de no saber nada de ti. Ha llegado el momento de enfrentar ese miedo, ahí vienes, alegre, rodeada de tus amigos y con tu sexy blusa negra, me pregunto cómo reaccionarás, si siquiera me saludarás. Me ves, sonríes y nos saludamos, te pregunto que cómo estas, sólo me respondes con un cortante “bien”, te pregunto que qué has hecho y que si te han llegado las cartas que he enviado, cambias el tema y me dices que te tienes que ir y te alejas. Me dejaste con mil palabras en los labios, todo fue fugaz, me quedo absorto observando tu belleza, no me dio tiempo ni siquiera de decirte cuanto te he extrañado.

1 de enero de 2012

Un pedacito de Año Nuevo.

Era el último día del año, le llamó y no contestó, le envió un mensaje y tampoco respondió, al igual que en Navidad no pudo decirle cuanto la extrañaba ni mandarle sus mejores deseos.
Eran tiempos muy tristes. No disfrutaba nada, todo lo hacía con desgano y prefería no estar en casa, así que por la tarde fue al cine, sus únicos acompañantes eran un Nestea y unas rosetas de maíz de tamaño mediano. Le resultaba bochornosa aquella escena pero ¿qué más podía esperar de este día?