14 de mayo de 2012

Escribir también es extrañar


Qué fila tan inmensa, no sé en qué momento la gente comenzó a tomarle gusto a la lectura, recuerdo que cuando iba en la universidad el país estaba lleno de personas incultas, todos cegados por la religión, la mala política y el fútbol. Ahora, en la actualidad, uno se encuentra en el metro o en las calles a personas leyendo, un deleite.

¡Qué rayos! Deja de divagar Javier, ya es tarde, tienes que llegar al festejo del cumpleaños de tu mejor amigo y ¡puta madre! Todavía hay ocho personas antes que yo.
Al fin, luego de largos minutos salgo de la librería a paso apresurado, además de que el estacionamiento está un tanto retirado; soy débil, me gusta el café, hace frío y en frente hay una cafetería, puedo tomarme unos minutos más.

Y es justo en ese momento cuando mi vida cambió o mejor dicho, regresó.


Entré a la cafetería, buscando dinero en mi billetera, me acerqué a la fila, levanté la cara y ahí estaba ella, tan igual, tan hermosa como la recuerdo.
Luego de varios años de no verla y solo saber de ella por medio de mensajes en nuestros cumpleaños la encuentro en la fila de una cafetería; aquella cafetería la frecuentábamos en demasía, creo que el destino nos puso ahí. Nos reencontramos, no gritó, ni reclamó, ni mucho menos lloró, simplemente sonrió. Ahí supe que algo maravilloso podría pasar.

La saludé, en su rostro se dibujó una sonrisa, nos vimos a los ojos y sonreímos como dos tontos que no se habían olvidado. El festejo de mi amigo podría esperar, ella me aceptó un café y nos sentamos a platicar, tanto tiempo y tantas cosas que contarnos. Riendo y disfrutando. Me contó que vive sola, tiene un buen empleo y es feliz, al parecer los dos estamos haciendo las cosas bien en nuestras vidas; tocamos el tema, luego del feo final de nuestra relación tomamos caminos diferentes, ella ha tenido tres relaciones después de mí mientras que yo solo una, quien me mandó al carajo luego de encontrar a un tipo "mejor”.

Hace mucho tiempo que no sostenía una plática tan genial, sin tener idea de qué pasaba, ahí estábamos, ella y yo, sonriendo, mirándonos, recordando, y otra vez viviéndonos.

Terminamos nuestro café, imaginé que tendría cosas que hacer o algunos deberes, sin embargo me decidí y la invité a la reunión de mi amigo, ella lo conocía. Para mi sorpresa ella aceptó, tenía la tarde y noche libre, me acompañaría. Todo parecía un buen sueño.

Así fue, llegamos a la casa de mi amigo y al entrar todo silenció, ella se percató del asombro de todos y se sintió un tanto incómoda, debido a ello salimos al balcón pero todo en orden, al salir de la estancia volteé a ver a mis amigos y sonreí ligeramente, apareció una sonrisa en mi cara que no se hacia presente desde hace mucho tiempo.

Ya afuera le dije “no hagas caso, la gente es la cosa más difícil y extraña en el mundo”, ella sonrió alzando los brazos en señal de que no le importaba y me besó suavemente en los labios, luego en el cuello y en la oreja como solía hacerlo en los viejos tiempos. Intervine y le dije “no, ven, solo te quiero abrazar aunque sea para quedarme con algo de ti para cuando te vuelvas a ir”; ella me calló poniéndome su dedo índice en mi boca y repitió el beso, la misma dosis.
Aquel agresivo, majestuoso y severo beso me excitaba secretamente y provocaba en mí un profundo deseo de fundirme en el aire para transformarme con ella en un solo individuo.
Me negué en un mismo instante a abrir los ojos y un enorme sentimiento de alivio se apoderó de mí.

Qué fue aquello sino un gesto violento y no del todo razonable de aceptación a lo que se me presentaba como una ligera oportunidad de volver a nacer.







(Loque pasa es que escribo sobre el amor para no olvidar que algún día tuve corazón) 

4 comentarios:

  1. Tanto en común, invirtiendo los papeles.
    Me gustó mucho.
    Compartir los pequeños instantes que nos hace realmente feliz para hacer feliz a alguien más.

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  2. Qué bueno es saber que a alguien le gusta.
    :)

    Un ejercicio de imaginación donde plasmo el presente como si fuera el pasado y el futuro como si fuera presente.

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