20 de junio de 2012

A veces, cuando permanece todo lo perdido



Jueves 20 de junio del 2013, la pareja que solía amarse meses atrás buscan la última oportunidad para salvar su relación: unas vacaciones para intentar reconciliarse; sin embargo el alcoholismo de él y el orgullo de ella parece ser más fuerte que el poco amor que aún vive dentro de ellos.
Esa noche ya en el hotel todo parecía terminar, una discusión se salió de control, la ebriedad de él, el enojo de ella y una ligera lluvia cayendo sobre la costa provocaban que la noche se tornara complicada. Al final de los gritos él salió enojado y alborotado con destino a la playa, no le importó la lluvia.



Ella desconsolada se quedó afuera de su habitación, devastada y llorando sentada en el pasillo, fue entonces cuando me acerqué y le pregunté: “Señorita, ¿está todo bien?” Ella prendía su cigarro mientras me respondía “No, no lo está, estoy cansada”.
Comenzó a contarme su historia, básicamente lo único que hizo fue quejarse de él. En cierto momento de desahogo le pregunté “¿Y por qué no dejas de sufrir y lo dejas y te alejas de él para siempre?” y me respondió con fuerza y hasta con un poco de coraje “¡Porque él es todo para mí! ¡Nuestros problemas se terminarían si él cambiara y dejara de beber!”


Aproveché para decirle “Las personas no cambian. Las personas crecen, maduran pero su esencia sigue ahí, NO CAMBIAN”. Entonces, con una sonrisa en el rostro me dijo:“¿Alguna vez has visto las estrellas en los lugares donde ha habido una lluvia o una tormenta? Peleas por algo, por alguien en quien crees y aunque sabes que puedes desaparecer en cualquier momento, todo ese esfuerzo se verá recompensado cuando te acuestes en la arena a ver las estrellas. No me rindo porque si gano esta lucha la victoria será mía y, por fin, me acostaré con él a ver las estrellas”.
Me quedé atónito y me derrumbé por dentro, le dije “adiós” a la chica y me alejé del pasillo. Empecé a llorar desconsoladamente, sin control y sin que nada me importara. Lloraba mientras pensaba en ti, en que me hubiera gustado cambiar a tiempo y haberme acostado contigo en la arena por la noche a ver las estrellas. Tú, yo y la espuma del amor.


De aquella pareja nunca volví a saber nada, me imagino que como todos los hombres él no cambió y no lograron salvar su relación. Qué tragedia todas las relaciones de amor.



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