9 de junio de 2014

Locos por ella


Me detengo y la miro pasar, ¿existe alguien quien pueda resistirse a su caminar apasionado? Los hombres se pelean por tenerla aunque sea un instante para demostrarle que nadie la va a tratar mejor. Pero ella va sin más deseos que el de ser acariciada, sin más deseos que el de ser respetada por lo que es.
Pisando la tierra, levantando polvo o pasando por el pasto fresco , siempre cerca del que la sepa seducir. 

La infaltable de los sueños, la que cambia el ritmo de nuestros corazones, esa que tiene reacciones impensables y que es el centro de todas las miradas. La que hace detener los autos cuando sale a la calle, la que por un simple antojo puede cambiar la historia de nuestras alegrías.
Ella te da todo y nada, ya la conocemos, no le pidas promesas. Solo quiere que la traten como se merece, busca al que sabe, al que la quiere de compañera, al que le jura amor eterno sin tratar de cambiar su personalidad infiel. 
Es que no se sabe quedar quieta y si la obligan se resigna esperando al que con encanto la invite a bailar. Si se lo sabes pedir hace lo que quieras, pero no es fácil, tiene su carácter y a veces sin importarle el momento, suele hacer bromas para las que hay que estar bien preparado. 
Es tan sensible que siempre nos pide lo mejor de nosotros y solo ahí se dispone a mostrar lo que es capaz de hacer. El precio de llevarla al lado es la obligación de conocerla bien y estar siempre listo para cualquier cosa. 

Su espíritu es travieso y alegre, no importa si esta vestida de trapos viejos o de fino cuero, no le interesa si con ella te va la vida o el honor, lo único que quiere es divertirse. 
Es la del barrio pobre,  la del patio de la escuela, la del mundo. 
Esa que extrañamos tanto cuando no llega y que cuando la tenemos deseamos no defraudarla para que se quede el mayor tiempo posible. Esa que se enoja si la dejamos afuera o llora cuando deja de ser el centro de la fiesta.

Es que sabe bien que no puede faltar, simplemente porque es ella la que enciende la pasión de los que se reúnen para verla.  Te puede llenar de tristeza y al instante llenarte de alegría. Sin ella no podríamos recordar esos momentos únicos, sonrisas que no caben en la cara, dolores que no se pueden disimular, vidas enteras que su mágico girar cambio para siempre llenándolas de historias inolvidables. 
No tiene secretos, ella misma es un secreto. Un secreto que solo pueden descubrir los que saben que ella es la protagonista y le agradecen su presencia en cada beso. Esos que saben que su seductora forma no sabe resistirse al que con mágica poesía sepa llevarla hasta el altar. 

Si nos habrá hecho trepar alambrados, saltar paredes, y hasta subir a los árboles haciéndonos prometer que íbamos a tener más cuidado la próxima vez. Ella guarda en su corazón la imagen de todo el planeta, nos hace tocar el cielo y a veces morder el pasto. El juguete favorito de los que perdemos noción de tiempo y lugar cuando ella nos invita a su ritual. 

La que puede transformar al baldío en el estadio de Leipzig o un duelo de "coladeritas" en la hazaña de Estambul. Esa que alguna vez pedimos para el cumpleaños o para navidad y que cuidamos con el orgullo de creernos su dueño, tratando de que no se moje, cuidando de que no le falte aire y hasta llevándola a la cama para soñar juntos con la jugada perfecta. 

Esa que compartimos con los amigos y que queremos demostrar a los demás que nos quiere más que a nadie. Es que ella nos acompaña desde siempre y aunque a veces se rinda a nuestros pies simulando estar loca por nosotros, somos nosotros los que estamos realmente locos por ella.






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