27 de noviembre de 2014

Jueves


No existe ninguna libertad verdadera, cada cosa que haces, que deseas, que anhelas depende de otro. Si acaso quieres amor, debes esperar a que un "otro" decida que eres tú a quien quiere amar. Si lo que se anhela es un trabajo digno, dependerá de cuán bien le caigas a quien tiene un pequeño poder por encima tuyo. Si lo que buscas es una amistad, todo recaerá en que otros estén buscando lo mismo.

La única libertad verdadera es la que se tiene sobre la muerte propia. Solo eso depende de tu mano. Así, suicidarse es la mayor de las estupideces, pues sería negarte eso que de posible tienes, eso que es solo tuyo y nadie te podrá quitar. por más poder o impedimentos tenga: tu propia muerte. La libertad de decidir cuándo y por qué no existes más.

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