12 de febrero de 2011

AC Mílán vs Real Madrid

Al llegar, prendo el televisor para sintonizar el Milán - Real Madrid, debe estar por terminar el primer lapso. Enciendo la laptop ya que necesito imprimir un comprobante, en eso… ¡Gol de Higuaín! Apenas lo vi, el Madrid se pone adelante en el marcador. Medio tiempo, sigo en el asunto de mi comprobante.

Instántes después llega una mujer de manera inverosímil, bellísima, de tez blanca y ojos fascinantes. Se sienta a mi lado y me comienza a besar desde las orejas, pasando por las mejillas y hasta llegar a mis labios.

Yo me resisto y continuo en la “lap”, ella me mira, la toma y la coloca en una mesa cercana al sillón donde nos encontramos. Entonces comenzamos a besarnos efusivamente y yo, dejándome llevar por ella, tan hermosa, tan atractiva, tan perfecta, me pierdo en la acción.

El tiempo pasa y es entonces cuando me siento justo como Renton en Trainspotting solo que en este caso no es Mark, soy yo… No es Archie Gemmill, es Filippo Inzaghi… Y no es a Holanda, es al Real Madrid que le acaban de empatar. Vaya sensación que se percibe.

Minutos más tarde se repite la dosis, Inzaghi hace de las suyas y adelanta a los italianos, yo seguía “en lo mío” con aquella estupenda mujer mientras escuchaba el segundo tanto de los rossoneros.

Enseguida abro los ojos y “Miuset” se encuentra arriba de mí, lamiéndome. La aparto de mí y pienso: ¡Maldición! Solo espero algún día poder experimentar aquella sensación de Renton.

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