13 de febrero de 2011

Sleep Paralysist

Mantengo la mirada firme en la tenue línea de luz que se distingue entre las cortinas. Después, durante yo qué sé cuanto rato, no tengo un solo problema en el mundo. No tengo madre ni familia. Ni adeudo alguno. No tengo deberes pendientes. No tengo una mierda de trabajo de telemarketing. Ni responsabilidad alguna. No tengo cientos ahorrados debajo de la filipina de Linguini, No tengo a un imbécil por mejor amigo. No tengo objetos de recuerdo. No tengo pareja. No tengo treinta gb de música almacenada. Nada. No siento nada. No soy bueno, ni amable, ni cariñoso ni ninguna de esas mierdas felices. Las emociones son una chorrada. Soy una piedra. Un gilipollas. Soy un cabrón sin sentimientos y estoy orgulloso de serlo.

Y luego regreso, regreso y pienso: algún día me gustaría llevar una vida basada en hacer cosas buenas en vez de simplemente evitar las cosas malas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario