5 de febrero de 2012

Vamos a salir de aquí, quiero llevarte a casa

Ya no me gusta este clima, ahora me pone triste, el olor de la lluvia me recuerda al mes de julio, el color del cielo me recuerda aquél vuelo de regreso a la ciudad, Bon Iver a nuestros últimos días y la fecha en el calendario al horrible cinco de agosto. Todo me lleva a su recuerdo.
Quiero escribir, pero no sé qué es lo que voy a escribir. Es casi idéntico a la manera en que pienso mis acciones. Ultimamente no me gusta dormir. Me aleja del mundo que tanto me abruma, no quiero perderlo de vista ni un segundo. Llueven gotas gordas, llenas de nada.


Los vecinos siguen bebiendo a ambos costados de la casa. Conviven, comentan, gritan y se levantan en cada jugada del partido, ríen y celebran. El cielo del jardín se achica.

Carolina numeró y fechó mis días de descanso, me temo que la quiero. Puso un poco de orden en mi pasado, viendo que no se le puede poner orden a mi presente. Días revisados, numerados, muy amados.
Queda mucho por hacer. Y habrá que deshacer.

Me dicen que hay carne, botana y cervezas en algún lado. Corro a buscar, aunque no sé.... No sé si creerles. Di
cen que el mundo se acabará en diciembre, para mí se acabó hace seis meses. Tampoco sé si creérmelo.



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